Primera campaña científica binacional en el Canal de Beagle, liderada por científicos de Argentina y Chile

Por primera vez en la historia, ambos países, a través del CADIC (CONICET), el INIDEP, el Centro IDEAL y universidades chilenas, unen sus potenciales científicos para estudiar temas relacionados con el cambio climático.

A través de un acto realizado en el Puerto de la ciudad de Ushuaia, Tierra del Fuego, se presentó la campaña científica binacional entre Argentina y Chile, que formalmente dará inicio mañana. Su objetivo es analizar la acidificación e hipoxia en los ecosistemas marinos en el canal del Beagle, ambos fenómenos estrechamente vinculados con el cambio climático.

Estuvieron presentes en la ceremonia el Ministro de Ciencia de la Provincia de Tierra del Fuego, Daniel Martinioni, el Cónsul Gral. de Chile en Ushuaia, Luis Felipe Artal, el director del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET) Gustavo Ferreyra y el director del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL), Humberto González, entre otras autoridades y representantes de instituciones.

Esta campaña tiene una importancia científica central dado que permitirá estudiar estos fenómenos en las aguas más australes del continente, pero además tiene un gran peso político, teniendo en cuenta las disputas por soberanía que se dieron en la historia de la relación entre ambos países, valoró Gustavo Ferreyra, director del CADIC e investigador del CONICET.

Por su parte Humberto González explicó: “Chile y Argentina tienen espacios subantárticos asociados y, sin embargo, hasta la fecha no existen estudios oceanográficos que aborden temáticas conjuntas. Para ambos países, el Canal Beagle es una región muy importante desde el punto de vista de cambio climático y de recursos”,

En representación de la Argentina, participan el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET) y el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP); en tanto, por Chile lo hacen las Universidades Austral, Concepción y Magallanes, y el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL).

Equipo científico. FOTO Gentileza IDEAL.

La embarcación argentina Víctor Angelescu, que pertenece al INIDEP, partirá desde Ushuaia con una tripulación científica compuesta por 16 investigadores, estudiantes y técnicos de las instituciones de ambos países. El equipo contará con Mariano Diez, investigador del CONICET en CADIC, y Ricardo Giesecke, investigador de la Universidad Austral de Chile, como Jefes Científicos de la campaña.

Entre el 9 y el 15 de noviembre estudiarán las aguas del Canal Beagle y el Paso Drake para medir la acidificación y la hipoxia en la columna de agua y los flujos de carbono que son exportados a zonas profundas del mar mediante procesos biológicos. Además, se buscará conocer el efecto potencial de estos fenómenos sobre el comportamiento de algunas especies clave del ecosistema.

“Es la primera vez que vamos a investigar el cambio climático en el Canal Beagle, utilizando una embarcación de alta tecnología. Todos sabemos que los niveles de dióxido de carbono han aumentado a niveles récord en la atmósfera y los océanos captan dióxido de carbono de manera natural. Queremos saber si debido a este proceso de aumento de dióxido de carbono en la atmósfera el Canal Beagle está captando más dióxido de carbono del que debería captar, causando acidificación que tiene diversos efectos a lo largo de toda la cadena trófica”, sostuvo Mariano Diez.

La campaña se inscribe dentro de la iniciativa interministerial Pampa Azul, impulsada desde la Secretaría de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. Al respecto, el titular de la Unidad de Coordinación General del área, Alejandro Mentaberry, expresó: “Se trata de un paso de gran trascendencia para el futuro de nuestros países. No sólo reafirma los vínculos de paz y amistad que nos unen, sino que sienta las bases para fortalecer nuestra cooperación en una cuestión tan relevante como el impacto del cambio climático global sobre los ecosistemas y la biodiversidad marinas”.

Durante la campaña, CONICET Documental, la productora de contenidos del Consejo que fue seleccionada para trabajar en la generación de material audiovisual de divulgación junto al equipo de Comunicación del Centro IDEAL, será el único medio a bordo de la embarcación, haciendo el registro audiovisual de la labor científica.

¿Qué se estudiará?

La embarcación viajará a lo largo del Canal Beagle tomando muestras de aguas a diferentes profundidades para estudiar las características físicas, químicas y biológicas del área y así conocer mejor los fenómenos de acidificación e hipoxia en la zona.

“El calentamiento global se relaciona con un aumento en los niveles de dióxido de carbono en el aire, debido al efecto invernadero provocado por este gas. Pero además el dióxido de carbono ingresa al agua y la acidifica, produciendo una serie de cambios negativos para muchas especies que habitan el ecosistema marino. A este fenómeno se lo ha dado en llamar el otro efecto del dióxido de carbono, relata el investigador. Es decir que, si bien el efecto más conocido del dióxido de carbono es el debido al efecto invernadero, hay un segundo efecto, menos difundido, que es justamente la acidificación, que es lo que estudiaremos en el Canal Beagle”, completa Ferreyra.

Los ambientes costeros como éste tienen un interés particular porque reciben una gran influencia de cursos de agua dulce que también contribuyen al aumento de la acidez del medio. Lo que se espera al estudiar todo el trayecto del Canal Beagle, es encontrar un gradiente donde se vea un aumento de la acidez del agua desde el Oeste, donde hay más glaciares y, por ende, más aportes de agua dulce. Este gradiente, además estaría asociado con muchos otros factores, físicos, químicos y biológicos, que también vamos a analizar”, agrega el director del CADIC.

Por otro lado, se estudiarán los niveles de hipoxia, que es otro fenómeno costero que se origina en la presencia de partículas de materia orgánica que ingresan al cuerpo de agua y se depositan en el fondo. Esto favorece la presencia de bacterias que consumen el oxígeno disponible, lo cual impacta en el resto de los organismos que viven en las profundidades.

También analizaremos la bomba biológica, porque es un mecanismo de control de la acidificación ya que dióxido de carbono en lugar de quedar en el agua es absorbido por el fitoplancton y transformado en materia orgánica que se transfiere al fondo”, finaliza Ferreyra.

¿Por qué el Canal Beagle?

El Canal Beagle es un área que mide aproximadamente 280 kilómetros de largo. Se encuentra en una ubicación estratégica, pues comunica los océanos Atlántico y Pacífico. A su vez, tiene influencia de las corrientes Circumpolar Antártica y Cabo de Hornos.

El canal, además de tener una gran biodiversidad marina y albergar reservas de agua dulce, posee importancia geopolítica y económica por sus variados recursos naturales. Según los investigadores, es una región que podría ser muy vulnerable a los cambios del clima y al potencial incremento en su uso con fines productivos.

Fuente:
https://www.argentina.gob.ar/noticias/primera-campana-cientifica-binacional-en-el-canal-de-beagle-liderada-por-cientificos-de

II Reunión de la Comisión Bilateral Argentina-Chile de Cooperación en Investigación Científica Marina Austral

Argentina y Chile decidieron por primera vez en la historia unir sus potenciales científicos en el extremo más austral de ambos países para estudiar los efectos de la acidificación en los ecosistemas marinos en el canal del Beagle, al sur de la Patagonia.

Concretamente, ambos países acordaron realizar una campaña conjunta  a lo largo de los aproximadamente 280 kilómetros de longitud del canal del Beagle, un flujo de agua que une los océanos Atlántico y Pacífico.

 

Buque Oceanográfico Puerto Deseado, construido por "ASTILLEROS ARGENTINOS RIO DE LA PLATA", por contrato con la Armada y transferido éste al Consejo Nacional de Investigaciónes Científicas y Técnicas (CONICET).
II Reunión Comisión Bilateral Argentina Chile de Cooperación en Investigación Científica Marina Austral en Santiago de Chile.

La citada campaña se realizará en embarcación argentina Víctor Angelescu en la cual navegarán 17 investigadores del argentino Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) y del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh).

 

Buque Oceanográfico Puerto Deseado, construido por "ASTILLEROS ARGENTINOS RIO DE LA PLATA", por contrato con la Armada y transferido éste al Consejo Nacional de Investigaciónes Científicas y Técnicas (CONICET).
Alejandro Mentaberry, Titular de la Unidad de Coordinación General, SECyT y Roberto Ruiz, Director de Planificación  Estratégica del Ministerio de Relaciones Exteriores-Chile.

Este proyecto se desarrolla en el marco de la iniciativa Pampa Azul liderada por esta Secretaría de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en coordinación con otras Secretarías de Gobierno y Ministerios nacionales.

Para ello, el operativo tiene previsto zarpar desde la localidad argentina de Ushuaia, en Tierra del Fuego, y realizar un recorrido a lo largo del canal del Beagle para describir y realizar un modelo de las corrientes y el transporte de masas de agua, además de localizar los lugares con menores concentraciones de oxígeno.

 

¿Qué se estudiará?

 

La embarcación, perteneciente al INIDEP de Argentina, viajará con el equipo científico a bordo a lo largo del Canal Beagle tomando muestras de aguas a diferentes profundidades para estudiar las características físicas, químicas y biológicas del área y así conocer mejor los fenómenos de acidificación e hipoxia en el área.

 

En particular, los ambientes costeros como éste tienen un interés particular porque reciben una gran influencia de cursos de agua dulce que también contribuye al aumento de la acidez del medio. “Lo que se espera al estudiar todo el trayecto del Canal Beagle, es encontrar un gradiente donde se vea un aumento de la acidez del agua desde el Oeste, donde hay más glaciares y, por ende, más aportes de agua dulce. Este gradiente, además estaría asociado con muchos otros factores, físicos, químicos y biológicos, que también vamos a analizar”, agrega Gustavo Ferreyra, director del CADIC.

 

Por otro lado, se estudiarán los niveles de hipoxia, que es otro fenómeno costero que se origina en la presencia de partículas de materia orgánica que ingresan al cuerpo de agua y se depositan en el fondo. Esto favorece la presencia de bacterias que consumen el oxígeno disponible, lo cual impacta en el resto de los organismos que viven en las profundidades.

 

En esta etapa se haría la exploración del terreno y la obtención y análisis de datos. Pero el proyecto podría tener continuidad y promete a futuro. En este sentido, ya se aplicó a un subsidio internacional que permitirá en una segunda etapa, realizar experimentos en ambos lados de la frontera para realizar estudios experimentales sobre los efectos de la acidificación en distintas especies de interés comercial, entre otras centollas y erizos.

 

¿Por qué el Canal Beagle?

 

El Canal Beagle es un área que mide aproximadamente 280 kilómetros de largo. Se encuentra en una ubicación estratégica, pues comunica los océanos Atlántico y Pacífico. A su vez, tiene influencia de las corrientes Circumpolar Antártica y Cabo de Hornos.

 

El canal, además de tener una gran biodiversidad marina y albergar reservas de agua dulce, posee importancia geopolítica y económica por sus variados recursos naturales. Según los investigadores, es una región que podría ser muy vulnerable a los cambios del clima y al potencial incremento en su uso con fines productivos.

 



Argentina cuenta con dos nuevas Áreas Marinas Protegidas

El miércoles 12 de diciembre, en el marco de sus sesiones extraordinarias, el Congreso de la Nación Argentina aprobó un proyecto de ley que crea dos nuevas áreas marinas protegidas (AMPs): Yaganes, al sur de Tierra del Fuego y Namuncurá/Banco Burdwood II, en el Atlántico Sur. Juntas abarcan 98.000 km2 de océano protegido, triplicando la superficie del área de protección, alcanzando los 126.000 km² de este ambiente marino, que cuenta con una gran biodiversidad que lo caracteriza a nivel mundial.

Cartografía 3D de las áreas marinas protegidas que se localizan en las aguas australes argentinas cercanas a la Tierra del Fuego. Cortesía de: Valeria Falabella / WCS Argentina, Foro para la Conservación del Mar Patagónico..

La mayoría de las Áreas Marinas Protegidas argentinas son costeras y pequeñas, exceptuando la primera, y hasta ahora única, área protegida oceánica del país, “Namuncurá/Banco Burdwood”, creada en 2013. “Yaganes” y “Namuncurá/Banco Burdwood II” incorporarán más de 90 mil km2 de habitat puramente oceánico, lo que significa un progreso significativo que fortalecerá el Sistema Nacional de Áreas Marinas Protegidas (previo a la sanción, solo el 2,6% del Mar Argentino se encontraba protegido, ahora ese porcentaje se elevó al 10%), que busca construir una red de áreas planificadas y gestionadas como un conjunto coherente, bajo la responsabilidad de la Administración de Parques Nacionales.

Los fundamentos de la iniciativa, detallan que la zona a conservar promueve economías locales más sustentables, valores culturales, fortalece relaciones internacionales y la adaptación al cambio climático.

Además de favorecer la investigación, la conservación de la biodiversidad y la protección de la estructura y función de los ecosistemas marinos australes, las nuevas áreas ayudarán a mantener ambientes saludables que también resultan en un beneficio de actividades extractivas, como la pesca. La protección de hábitats y especies favorecerá el desarrollo de actividades económicas relevantes para la costa patagónica argentina, como el turismo basado en fauna.

Yaganes

El pueblo yagán, originario de la Tierra del Fuego, se encuentra hoy representado por unos pocos descendientes que nos recuerdan la dependencia del ser humano de los ambientes del mar. Ese pueblo, más que ningún otro, comprendería la trascendencia de haber creado este parque marino. La riqueza en especies y recursos de la plataforma continental argentina se asocian a la corriente de Malvinas, cuyas aguas fluyen hacia el norte pasando por el mar de los Yaganes. La protección de estas aguas beneficiará a muchas especies del Mar Argentino, no sólo a las que dependen del área para su alimentación, especies que pueden observarse en la superficie, como pingüinos y lobos marinos, y otras que viven en el oscuro y frío fondo del mar, como las esponjas y los corales fríos.

Namuncurá/Banco Burdwood II

Duplicará hacia el sur la superficie del área marina protegida “Namuncurá/Banco Burdwood” y permitirá incorporar un amplio sector del talud que rodea al Banco, donde se ha identificado la mayor abundancia de especies vulnerables, formadoras de ecosistemas. Es un área única por la riqueza de sus fondos marinos. Allí habitan numerosas especies de  invertebrados, como esponjas y corales de aguas frías que forman coloridos “jardines” o “bosques” subacuáticos. El área también es relevante para el ciclo de vida de peces de interés pesquero, como la merluza negra, la merluza de cola y la polaca, entre otras.

Ley 27.490 – Áreas Marinas Protegidas

Artículo 1° – Créase el área marina protegida “Namuncurá – Banco Burdwood II”, constituida por las categorías de manejo de Reserva Nacional Marina Estricta y Reserva Nacional Marina, sobre el total de la plataforma continental y las aguas suprayacentes al lecho y subsuelo del espacio marítimo argentino cuyos límites se detallan en el Anexo I que forma parte integrante de la presente y el cual cuenta con una superficie total de treinta y dos mil trescientos treinta y seis con tres kilómetros cuadrados (32.336,3 km2).

Art. 2° – Créase el área marina protegida “Yaganes”, constituida por las categorías de manejo de Reserva Nacional Marina Estricta, Parque Nacional Marino y Reserva Nacional Marina, sobre el total de la plataforma continental y las aguas suprayacentes al lecho y subsuelo del espacio marítimo argentino cuyos límites se detallan en el Anexo II que forma parte integrante de la presente y el cual cuenta con una superficie total de sesenta y ocho mil ochocientos treinta y cuatro con treinta y un kilómetros cuadrados (68.834,31 km2).