Gustavo Ferreyra e Irene Schloss fueron designados por nuestro país para integrar el Comité del Programa de Análisis Integrado de los Sistemas Marinos.
En febrero pasado se dio a conocer el nombramiento de Gustavo Ferreyra, director del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET) e integrante del Consejo Asesor Científico de la Iniciativa Pampa Azul; e Irene Schloss, investigadora del CONICET en el CADIC. Ambos se sumaron al listado de integrantes del Proyecto Análisis Integrado de los Sistemas Marinos (IAMS, por sus siglas en inglés), programa perteneciente a la UNESCO que tiene como principales objetivos contribuir a la protección de la diversidad biológica y del medio ambiente marino, la formulación de políticas públicas y la creación de capacidades. En esta oportunidad –y en línea con la voluntad de fortalecer y ampliar la colaboración con América Latina– se seleccionó a la Argentina como uno de los países que se incorporan al Programa.
Gustavo Ferreyra fue designado miembro del Comité Directivo del IAMS, el cual gestionará los recursos humanos y financieros para asegurar la concreción de los objetivos y proyectos planteados. Por su parte, Irene Schloss –que también se desempeña como investigadora del Instituto Antártico Argentino y es docente de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego– integrará el Comité Asesor Científico. “Mi rol será el de garantizar que las propuestas de investigación y formación estén en línea con las prioridades de la Cátedra y de la UNESCO, a saber, promover la creación de capacidad en ciencia, tecnología e innovación en relación con la comprensión de la vida acuática, identificada como un objetivo de desarrollo sostenible, y la reflexión acerca de la implementación de medidas y políticas de gestión”, relató Schloss. Además, María Eugenia Lattuca y Gustavo Lovrich –quienes también investigan en el CADIC– serán parte del Programa en diferentes equipos científicos.
El Programa promoverá la creación de capacidad en ciencia, tecnología e innovación en relación con la comprensión de la vida acuática, identificada como un objetivo de desarrollo sostenible, y la reflexión acerca de la implementación de medidas y políticas de gestión.
La iniciativa de la UNESCO busca desarrollar nuevas asociaciones entre Canadá y Sudamérica –en particular con la Argentina y también con Colombia– tanto en el plano de la investigación como de la formación de recursos humanos, prestando especial atención a las comunidades dependientes o relacionadas con los recursos costeros.
Ferreyra y Schloss explicaron que el Programa tiene como fin último conocer la respuesta en el tiempo de diferentes ecosistemas a los cambios globales “promoviendo no solo el enfoque integral del saber de las distintas disciplinas académicas que participan de los estudios, sino también y fundamentalmente una visión interdisciplinaria”. Esto quiere decir que, para problemáticas como la gestión y el manejo de los ecosistemas costeros, “se formarán recursos que sean capaces de trabajar favoreciendo la interacción con miembros de la comunidad de productores –como pescadores artesanales o maricultores– organismos gubernamentales de gestión y tomadores de decisión”. De esta manera se tratará de promover “interacciones en las cuales ciencias naturales, sociales y los distintos actores de la sociedad se enriquezcan y contribuyan activamente a la solución de problemas concretos”, agregaron.
En cuanto a los temas de investigación, Schloss detalló que “convergerán conceptos y herramientas de fisiología, ecología, biogeoquímica y física para el estudio de los diferentes niveles de organización de los ecosistemas costeros, con el fin de desarrollar una visión integrada del futuro de estos ecosistemas frente a diversas presiones antrópicas, ya sean locales (por ejemplo, eutrofización) o globales (por ejemplo, calentamiento global o acidificación de los océanos)”.
Estos objetivos se encuentran relacionados transversalmente con las prioridades de conservación de la biodiversidad marina que expresa la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI-UNESCO) y son consistentes con los de la Iniciativa Pampa Azul. En esa línea, Ferreyra aseveró que “se espera un enriquecimiento significativo en los resultados debido a la diversidad de países y organizaciones participantes, lo cual representa un valor agregado de gran importancia. El Programa también facilitará los intercambios, permitiendo el flujo de experticias y contribuyendo a la formación y la incubación de proyectos de investigación”.
Ambos investigadores evaluaron satisfactoriamente la participación argentina en esta iniciativa internacional: “Argentina y Canadá han desarrollado conjuntamente varios proyectos marinos de envergadura a escala latitudinal, por lo que cuentan con una amplia experiencia y antecedentes de fructífera colaboración. La actual propuesta incluye no solamente a las Américas sino también a tres países de África occidental, lo cual amplía sensiblemente el rango de la capacidad de observación sobre el impacto del cambio climático en el océano y en las zonas costeras”.
Por último, Ferreyra comentó que la Universidad de Quebec en Rimouski – Instituto de Ciencias del Mar de Rimouski, Canadá (UQAR-ISMER) es sede del Observatorio Global del San Lorenzo (OGSL), un sistema de observación activo desde hace más de 20 años. La creación por el CONICET de una red de observación costera (ROMA) que se desarrollará dentro del marco de Pampa Azul, “permitirá coordinar con el OGSL y los sistemas que se desarrollen en los otros países socios, el establecimiento de una red interhemisférica de observación integrada de alto nivel, lo cual representará un importante aporte para el conocimiento de los impactos del cambio climático en las comunidades costeras”, finalizó el director del CADIC e integrante del Consejo Asesor Científico de Pampa Azul.