Se creó el Observatorio Oceanográfico en el buque rompehielos ARA Almirante Irízar

Contará con 8 laboratorios equipados para investigaciones oceanográficas multidisciplinarias con el fin de evaluar el estado de conservación de los ecosistemas marinos antárticos y su biodiversidad. Se trata de un proyecto articulado entre los ministerios de Ciencia, Tecnología e Innovación, Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, y Defensa.

El Irízar actualmente se encuentra anclado en el Apostadero Naval Buenos Aires.

El Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus; el Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Santiago Cafiero; y el Ministro de Defensa, Jorge Taiana, encabezaron el acto de anuncio de la creación del Observatorio Oceanográfico en el buque rompehielos ARA Almirante Irízar. El navío de exploración antártica –que actualmente se encuentra anclado en el Apostadero Naval Buenos Aires– contará con 8 laboratorios equipados para la investigación científico-tecnológica en áreas costeras y oceánicas, y en aquellas cubiertas por el campo de hielo marino.

El observatorio estará destinado al desarrollo de investigaciones oceanográficas multidisciplinarias con el fin de evaluar el estado de conservación de los ecosistemas marinos antárticos, su biodiversidad y la distribución espaciotemporal de los organismos en función de los cambios asociados a procesos naturales de variabilidad climática, así como también a procesos vinculados al cambio climático y actividades humanas tales como pesquerías, turismo y contaminación.

El proyecto se inscribe dentro del Programa Nacional de Investigación e Innovación Productiva en Espacios Marítimos Argentinos (PROMAR) y contó para este año con una financiación de $50 millones otorgados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT). El PROMAR fue creado por ley en 2015 con el fin de otorgar un marco legal y de coordinación a la Iniciativa Pampa Azul.

Filmus aseguró que para la soberanía argentina es “realmente decisiva no sólo la presencia, sino la investigación científica en la Antártida. La posibilidad de que las muestras que se estén generando se puedan analizar en laboratorios dentro del mismo barco y en el mismo momento, es un orgullo para las argentinas y los argentinos”, destacó el ministro, en referencia al trabajo de una gran cantidad de científicas y científicos que van a vivir en la Antártida para investigar y trabajar allí.

A su turno, Cafiero afirmó: “Contar con estos laboratorios del Instituto Antártico Argentino nos va a permitir a quienes estamos al frente de la política exterior, tener instrumentos precisos, concretos y poder avanzar en una diplomacia también a partir de la ciencia y la tecnología, que cumplen un rol fundamental en el enclave del desarrollo productivo nacional”, y agregó: “El desafío que tenemos es que cuanto más aportemos desde el Estado, más vamos a estar contribuyendo a desarrollar nuestras capacidades, en especial las que tienen que ver con las exportaciones del talento argentino”.

Por su parte, Taiana señaló que el anuncio “constituye un avance científico muy importante y muestra que la colaboración y la sinergia entre las distintas áreas pueden generar grandes aportes para el conocimiento de la Antártida y que, además, son parte de una decisión política del Gobierno Nacional de impulsar fuertemente la actividad antártica”.

El ministro de Defensa manifestó también: “Estamos iniciando el montaje de estos laboratorios en el rompehielos Irízar, estamos recuperando la Base Petrel —una base muy importante ya que va a ser la entrada natural a la Antártida Argentina— y próximamente comenzaremos los trabajos de la construcción del Polo Logístico Antártico de Ushuaia. Nos encontramos desarrollando varias acciones donde tendremos más presencia en la Antártida y en toda la zona del Atlántico Sur y en las Islas. Tenemos que fortalecer más la Argentina bicontinental”.

La Coordinadora Ejecutiva de la Iniciativa Pampa Azul, Carolina Vera, afirmó: “El equipamiento del Irízar a través de la construcción de estos laboratorios forma parte de uno de los ejes de trabajo del Comité Interministerial de Pampa Azul, que espera promover y expandir las investigaciones en las Islas Subantárticas y en los océanos que llegan a las costas antárticas. La etapa 2021 se concreta con la conclusión de estos laboratorios, y esperamos para el 2022 poder avanzar en la organización de campañas de investigación”.

Adicionalmente, el Subsecretario de Coordinación Institucional del MINCyT, Pablo Nuñez aseguró: «La creación de estos 8 laboratorios es una demanda histórica para dotar al Irízar de capacidades de investigación, que nos permiten llevar adelante una política antártica y fortalecer la soberanía nacional».

Entre las actividades que el observatorio llevará a cabo se encuentran mediciones físicas y químicas continuas y en tiempo real de las masas de agua a distintas profundidades; el despliegue de equipamiento destinado a la colecta de muestras (biológicas, químicas y geológicas) en la columna de agua y en los sedimentos marinos; y el procesamiento in situ y/o la preservación de los materiales colectados y observaciones de aves y mamíferos marinos.

Estuvieron presentes además, la Secretaria de Investigación, Política Industrial y Producción para la Defensa, Daniela Castro; el Jefe de la Armada Argentina, Contralmirante D. Julio Horacio Guardia, la Presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Ana Franchi, y autoridades de los organismos intervinientes.

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Cooperación argentino-francesa para investigar el microbioma oceánico

Por medio de dos campañas oceanográficas que tomarán muestras en la zona del talud continental patagónico, investigadoras e investigadores del CONICET, universidades nacionales y otras instituciones junto a sus pares franceses estudiarán el plancton marino, el cambio climático y la contaminación del Océano Atlántico.

El motovelero oceanográfico “Dr. Bernando Houssay” está realizando la derrota de sur a norte a lo largo del frente del talud.

Como parte de las actividades de cooperación internacional que se llevan adelante en materia de investigación oceanográfica en el marco de la iniciativa Pampa Azul, un equipo de científicas y científicos argentinos se encuentran realizando desde el pasado 12 de noviembre muestreos a lo largo del talud continental, en la ruta comprendida entre la ciudad de Ushuaia y Buenos Aires. A bordo del motovelero Houssay –que pertenece a la Prefectura Naval Argentina– las y los investigadores de instituciones científico-tecnológicas de Argentina, se encuentran estudiando el plancton marino, el cambio climático y la contaminación del Océano Atlántico.

Esta misión se lleva a cabo en el marco de la expedición internacional Tara Microbiome Mission, cuyo objetivo es estudiar el microbioma del Océano Global. En este caso, la cooperación comprende dos campañas oceanográficas, una desarrollada por el consorcio argentino que está actualmente navegando a lo largo del talud continental; y otra que realizará el consorcio internacional a bordo de la goleta científica Tara –gestionada por la Fundación Tara Ocean– que comenzará en diciembre y hará el recorrido inverso: desde Buenos Aires hasta Ushuaia.

La campaña oceanográfica conjunta “Ana María Gayoso”, unirá la ruta Buenos Aires-Ushuaia en ambos sentidos. Según consignó Valeria Guinder, investigadora del Instituto Argentino de Oceanografía (IADO-CONICET-UNS) que se encuentra participando de la misión, “se buscará obtener datos de contexto físico y biogeoquímico a partir de la utilización de una serie de técnicas de vanguardia, que se incorporarán a partir de la colaboración entre un consorcio argentino-francés que llevará adelante la expedición”.

El objetivo será estudiar el ciclo ecofisiológico de la floración del cocolitofórido Emiliania huxleyi –una especie de microalga calcificante– a lo largo del talud superior en las márgenes del Mar Argentino. Estos microorganismos –y el microbioma en general– contribuyen al secuestro de carbono y a la productividad pesquera, y en la actualidad no existen datos metagenómicos que permitan conocerlos en profundidad. En el área mencionada se produce durante el mes de diciembre uno de los mayores florecimientos de E. huxleyi a nivel global, y es por ello que existe un creciente interés en realizar estudios in situ para comprender su composición y los procesos ecológicos que lo atraviesan.

La coordinadora Ejecutiva de Pampa Azul, Carolina Vera, calificó al proyecto como “excelente, dado que se vincula transversalmente con la agenda científica de Pampa Azul en temas como cambio climático, biodiversidad, investigación pesquera y agenda de riesgo ambiental, además de articular de manera virtuosa con un consorcio que fortalecerá la vinculación científica con Francia, entre otros aspectos”.

La contraparte argentina está compuesta por un consorcio de especialistas en oceanografía física y biológica enfocada en la dinámica de las corrientes y la ecología del plancton, con experiencia en la zona patagónica de la plataforma argentina. Las instituciones que participan son: el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA/UBA-CONICET); el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO/UNS-CONICET); el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP); el Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR/CONICET) y el Instituto Universitario de Seguridad Marítima.

Las investigadoras e investigadores del CONICET que coordinan la campaña son: Federico Ibarbalz, Pedro Flombaum y Martín Saraceno, del CIMA/UBA-CONICET; Celeste López Abbate y Valeria Guinder del IADO/UNS-CONICET; Valeria D’Agostino y Rocío Loizaga del CESIMAR/CONICET; y Ricardo Silva del INIDEP. Asimismo, el equipo científico que embarcó en el Houssay estuvo integrado por Azul Gilabert, Carola Ferronato y Román Uibrig del IADO/UNS-CONICET; Paula Huber (Universidade Federal de São Carlos, Brasil); y Federico Ibarbalz.

Por medio de tecnologías como la secuenciación masiva de ADN y herramientas ópticas y de microscopía de última generación, se buscará avanzar en el conocimiento de la biología del plancton y cómo sus floraciones impactan en el Mar Argentino, complementando así los esfuerzos de investigación nacional en el conocimiento de su diversidad, entre otras metas. La campaña permitirá también formar recursos humanos en tareas como la obtención y el análisis de datos moleculares en ecosistemas marinos, para conformar un catálogo metagenómico y fortalecer la mirada sostenible sobre el Mar Argentino, según se explicó. En ese sentido, el motovelero oceanográfico “Dr. Bernando Houssay” está realizando la derrota de sur a norte a lo largo del frente del talud para perseguir la floración de forma lagrangiana, es decir, pasivamente con la corriente.

Homenaje a una científica argentina
El nombre de la campaña surge a través de la invitación a visibilizar la trayectoria de las científicas mujeres en el mundo. En este caso se busca homenajear a la Dra. Ana María Gayoso, nacida en 1948 en la ciudad de La Plata. Como Dra. En Ciencias Naturales, trabajó como investigadora del CONICET en el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO) de Bahía Blanca, donde dirigió el Laboratorio de Plancton, y en el Centro Nacional Patagónico (CENPAT) de Puerto Madryn. Su carrera científica se enfocó en el estudio del fitoplancton marino, con énfasis en la taxonomía y ecología de diatomeas y de dinoflagelados productores de toxinas, siendo una pionera nacional en las técnicas de microscopía electrónica. Su estudio de la floración invernal de diatomeas del Estuario de Bahía Blanca representó una invaluable base de datos para los posteriores análisis del efecto antrópico y del cambio climático sobre la comunidad fitoplanctónica y el ambiente. En 1989 participó en una campaña oceanográfica en la que reportó y describió por primera vez la presencia de altas densidades del cocolitofórido Emiliania huxleyi, componente clave en la productividad primaria del Mar Argentino.

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Abre “Océano. Volverse Azul”, la exhibición del C3 que busca fomentar la cultura oceánica

Con un evento previo en donde funcionarias y funcionarios recorrieron la exhibición, se inaugura la muestra inmersiva e interactiva que pone de relieve la influencia mutua entre el océano y las personas, y busca reflexionar sobre las acciones necesarias para la preservación del planeta. 

La muestra podrá visitarse todos los viernes, sábados y domingos, de 14 a 18 horas.

A partir de este viernes 29 de octubre se podrá visitar en el Centro Cultural de la Ciencia (C3) la exhibición “Océano. Volverse Azul”, una muestra inmersiva e interactiva para todo público que recorre la cultura oceánica, su relación con nuestra forma de vida y su impacto ambiental. Es un espacio de 450 m², que propone una transformación cultural y una mirada nueva respecto a este recurso crítico para la humanidad y para nuestro país, dado que más de dos tercios de la superficie de la Argentina están cubiertos por las aguas del Mar Argentino y el océano Atlántico Sur. La muestra podrá visitarse todos los viernes, sábados y domingos, de 14 a 18 horas*, con entrada gratuita y reserva previa en Godoy Cruz 2270, Palermo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En ese marco, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, realizó una recorrida previa y tomó parte en un acto de presentación en donde participaron las y los científicos de la Iniciativa Pampa Azul que asesoraron en el montaje de la muestra. Lo acompañaron la directora de Desarrollo de Museos, Exposiciones y Ferias, a cargo de la dirección del C3, Guadalupe Díaz Costanzo; la coordinadora Ejecutiva de la Iniciativa Pampa Azul, Carolina Vera; y la presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Ana Franchi.

“Es una emoción enorme estar acá hoy, porque fui secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur y esta muestra encarna sin dudas una política de Estado. Nadie puede creer ni defender lo que no conoce. Lo que se propone en esta exhibición es destacar qué significa nuestro mar para los argentinos”, manifestó Filmus. “Repensar nuestra relación con el océano es una forma no sólo de volverse azul, sino de cuidar lo que los seres humanos destruimos cotidianamente. Nos señala también la necesidad de la investigación científica, de poner a la ciencia en las manos y las cabezas de la mayor cantidad de personas. Esta muestra es un claro ejemplo de una de las formas que tenemos de hacerlo, a través de la divulgación”, completó.

Vera, Filmus y Díaz Costanzo durante la presentación realizada en el auditorio del C3.

Organizada en cuatro ejes conceptuales (cambio climático, contaminación, biodiversidad, dimensión humana) plasmados en 20 dispositivos digitales y analógicos, “Océano. Volverse Azul” busca abrir discusiones ambientales, fomentar la respuesta activa del público y concientizar acerca de las posibles acciones que favorezcan la preservación del planeta. A futuro, se prevé que tenga carácter itinerante, para poder acercar a todo el país el conocimiento sobre nuestro Mar Argentino.

Desde 2019, el C3 trabajó en el diseño de la exhibición, que contó con el asesoramiento de las y los científicos de todo el país que integran la Iniciativa Pampa Azul, y la colaboración de organizaciones e instituciones afines a la temática.

Características de la exhibición
1. Biblioteca Azul. Los públicos de distintas generaciones son invitados a evocar recuerdos y sentimientos sobre el mar. Al mismo tiempo se sorprenden, descubren y conversan acerca de su vínculo con el océano a través de objetos cotidianos tan diversos como la sal marina, los billetes de 50 y 200 pesos, una red de pesca, un paraguas, fertilizantes agroquímicos o una lata de dulce de batata.

2. El mar como territorio. Caminando por encima del mapa bicontinental gigante de Argentina en el cual la Antártida se muestra en su real proporción con relación al continente, al mar y a las Islas, los públicos pueden identificar la inmensidad del territorio marítimo nacional. Al mismo tiempo pueden recorrer la nueva demarcación de la plataforma continental apreciando que es casi el doble de la superficie emergida de nuestro país (Ley 27.757-2020).

3. A buen bosque vas por algas. Quienes visiten este espacio podrán explorar, junto a científicos/as, buzos/as y algueros/as, las costas de la Patagonia, para sumergirse en el mundo secreto de las grandes algas, sorprenderse ante su monumental tamaño y descubrir su rol en la lucha contra el cambio climático y como reservorios de biodiversidad.

4. La mar no estaba serena. Desde una experiencia inmersiva potenciadora de los sentidos, las personas son invitadas a percibirse como parte de la transformación del planeta. El ciclo del agua afectado por el cambio climático es la excusa para visibilizar nuestra fragilidad y asumir la responsabilidad de las actividades humanas en la crisis climática actual.

5. Cada gota cuenta. A través de una línea de tiempo se destacan hitos en la historia de los esfuerzos de la comunidad internacional en la lucha contra el cambio climático. Se invita al público a reconocer los avances y disputas de las cumbres y tratados, junto con la necesidad de exigir como ciudadanos y ciudadanas el cumplimiento de las normativas sobre la reducción de emisiones para el año 2030 para evitar llegar a un punto de consecuencias irreversibles.

6. Con el agua al cuello. Este dispositivo exhibe seis especies que sufren los efectos del cambio climático en el Mar Argentino e invita a observarlas, explorarlas y constatar sus impactos negativos sobre la pesca y los ecosistemas marinos. Además, da cuenta de los proyectos de investigación científica que estudian estos impactos en Argentina.

7. Llegar a buen puerto. A partir de una videoinstalación se espera que el público visitante se informe sobre el enfoque ecosistémico de la pesca y la importancia del consumo del pescado. Además, podrá conocer el impacto sobre los ecosistemas marinos de la sobrepesca de la merluza en el Mar Argentino.

8. Navegar en un mar de dudas. Desafiar a quienes recorran este espacio a testear sus ideas y opiniones sobre el estado de la contaminación del océano, la existencia de microorganismos en el agua oceánica y el consumo del pescado en la dieta. Transformar ideas previas y sorprenderse con evidencias y datos sobre el Mar Argentino.

9. El océano se queja en las costas. Esta instalación visualiza que el Mar Argentino no está mayormente contaminado en su totalidad sino en algunos pocos lugares (entre los que se destacan cuatro) donde la concentración de contaminantes asociados a las actividades humanas es preocupante. Se invita a dialogar acerca de este problema y las acciones que podemos llevar a cabo como comunidad.

10. Aguas inquietas. El dispositivo nos presenta el problema de la contaminación por plásticos y su impacto negativo en el ecosistema marino y humano. A través de seis objetos de plástico de único uso cuestiona nuestros modos de consumo y nos invita a mapear los elementos de plástico que más usamos. Un desafío para ser parte de la solución.

11. Mapoteca del mar. Los mapas ilustrados nos permiten imaginar con rasgos visibles lo que no tenemos a la vista y no podemos observar en el espacio real. La mapoteca sobre el Mar Argentino invita a localizar e identificar lugares, reconocer sus nombres y establecer relaciones entre las especies, la actividad científica, la pesca, las características físicas y las temáticas del cambio climático y la contaminación presentes en la exhibición.

12. Una ola nunca viene sola. Un espacio oscuro es la ocasión para sumergirnos en el mundo de seres marinos microscópicos y comprender que todos los organismos viven en colaboración. Una cucharada de agua de mar puede contener millones de microorganismos que limpian las aguas del océano, secuestran dióxido de carbono atmosférico (CO2), generan oxígeno y circulan nutrientes que permiten la vida de las especies que podemos ver a simple vista.

13. Hagamos olas. Una propuesta de escritura colectiva que nace de las quejas y reclamos de muchas otras voces. Se trata de incentivar a la producción de ideas convocantes y provocativas que inviten a la acción. Con el estímulo de consignas de movilizaciones sociales argentinas en relación con temas ambientales, se invita a agitar las aguas. Las personas comparten deseos, esfuerzos y propuestas con las que se pueden comprometer, los escriben en tarjetones y los cuelgan en un muro colectivo.

14. Con rumor de fondo. Una invitación a escuchar los sonidos subacuáticos de tres especies de ballenas del Mar Argentino, a identificar las diferencias entre ellas y a conocer la importancia de la investigación científica asociada a los sonidos del mar.

15. En la cresta de la ola. Una producción audiovisual de CONICET Documental relata las tareas diarias y los saberes asociados a las campañas oceanográficas que son la base de la investigación científica en el mar. Conoceremos los preparativos de los barcos y la tripulación, la organización y coordinación de la comunidad científica, así como los deseos y preguntas que guían a quienes se embarcan en estas travesías de investigación. El video nos permite descubrir la vida a bordo e imaginar las emociones, desafíos y riesgos de estar en alta mar.

16. De cara al mar. En primera persona y en modo intimista las personas representadas en esta instalación se acercan y nos cuentan sobre los saberes y tradiciones de sus trabajos, oficios y profesiones vinculados al mar en su entramado cultural, científico y productivo. Sus historias de vida se vuelven próximas a los públicos quienes pueden reconocerse en algunas de sus prácticas cotidianas e identificarse con las vidas de mar.

17. Alto en el cielo. Se invita a conocer la importancia del nuevo satélite SABIA-MAR que se espera poner en órbita en el año 2023, y la tecnología satelital para obtener información a partir del color del mar sobre el ecosistema marino y la influencia de la actividad humana sobre el océano. Asimismo, se buscará que las personas que visitan este espacio tomen conciencia del rol del Estado, a través de sus organismos y empresas del sistema científico-tecnológico nacional, en el diseño, fabricación y gestión de tecnología satelital.

18. #VolverseAzul. Volverte Azul es la huella del compromiso de cada uno y cada una con el océano. Este dispositivo invita a «pintarse» de azul y sacarse fotografías para expresar la metáfora de la transformación cultural en la que repensemos nuestra relación con el océano para construir el futuro que queremos.

19. Ciencia azul. En esta instalación se presenta a científicos y científicas que trabajan desde distintas partes del país en investigaciones vinculadas al mar y cuyos saberes han sido fundamentales para el diseño de la exhibición.

20. Oficina del mar. Un espacio intergeneracional que nos propone actividades de escritura, dibujo y juegos al mismo tiempo que seguimos conociendo los secretos del océano.

Equipo asesor científico: Viviana Alder, Gustavo Antón, Silvia Blanc, Martín Brogger, Inés Camilloni, Luis Cappozzo, Lucía Epherra, Daniel Fernández, Mariano Ferro, Bárbara Franco, María Eva Góngora, Betina Lomovasky, Mariana Lozada, Cecilia Mantecón, Jorge Marcovecchio, Paula Raffo, Juan Emilio Sala y Carolina Tauro.

Organizaciones e instituciones que colaboraron: Astillero Río Santiago (ARS), Argentina Submarina, Asociación Pescadores Artesanales de Puerto Madryn, Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), CONICET Documental, Cooperativa de Recolección, Acopio y Procesamiento de Productos de Mar, Fundación de Historia Natural Félix de Azara, Fundación Williams, Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), Jóvenes por el Clima, Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, Museo del Puerto de Ingeniero White, Prefectura Naval Argentina, Proyecto Sub y Subsecretaría de Pesca y Acuicultura.

“Océano. Volverse Azul”
Viernes, sábados y domingos de 14 a 18 horas*
Entrada gratuita y requiere reserva previa en
www.ccciencia.gob.ar.
El C3 se ubica en Godoy Cruz al 2270, Palermo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

*Desde el 29 de octubre, el sábado 30 desde las 19 horas por “La Noche de los Museos”, y el domingo 31 cerrado.

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El buque Shenu llegó a Ushuaia para incorporarse al CADIC

La embarcación que se sumó a la flota del CONICET y prestará servicios para Pampa Azul significa una ampliación de las capacidades de investigación científica del centro de estudios fueguino.

Foto: gentileza Lucas Ferreyra.

La semana pasada arribó a la ciudad de Ushuaia, Tierra del Fuego, el buque Shenu, que prestará servicios al Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC). El Shenu se incorporó a la flota del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y fue recibido en una ceremonia en donde estuvieron presentes la presidenta del CONICET, Ana María Franchi; el director del CADIC, Gustavo Ferreyra; la vicedirectora de la institución, Andrea Coronato; el gerente de administración del CONICET, Jorge Figari y miembros del Consejo Directivo de la institución fueguina. 

El barco posee la capacidad de llevar adelante investigaciones marinas y de apoyo a otras disciplinas del CADIC e instituciones asociadas en el área del Canal Beagle. En el marco de la Iniciativa Pampa Azul, está previsto que colabore en la agenda de trabajo de la Comisión Binacional Argentina-Chile de Cooperación en Investigación Científica Marina Austral, en la que participan el CADIC y el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de Chile, y cuya primera campaña tuvo lugar a fines de 2019. Adicionalmente, el Shenu formará parte de la Red de Observación del Mar Argentino (Red ROMA), y será operado con el apoyo de la Armada Argentina.

“Es una alegría encontrarme en la Ciudad de Ushuaia para recibir a la embarcación Shenu que se incorpora a la flota del CONICET y va a facilitar las investigaciones marinas en la isla y sus alrededores”, expresó Franchi. “Este barco permitirá progresar en las investigaciones que ya lleva adelante esta institución así como desde la Universidad de Tierra del Fuego”, completó la presidenta del Consejo.

Por su parte, Ferreyra manifestó que esta nueva adquisición “es producto de dos años y medio de trabajo conjunto entre el CADIC y los ingenieros navales del CONICET, así como de sus autoridades”, y agregó: “Hemos logrado un producto final que, creemos, va a ser muy exitoso y viene a completar una falencia que teníamos en la región para los estudios marinos”.

La coordinadora Ejecutiva de la Iniciativa Pampa Azul y titular de la Unidad de Gabinete de Asesores del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), Carolina Vera, afirmó: “La incorporación del Shenu a las capacidades del CONICET es una gran noticia, ya que permitirá fortalecer y expandir las campañas de investigación en las temáticas científicas relevantes a la agenda interministerial de Pampa Azul”.

Foto: gentileza Lucas Ferreyra.

Con capacidad operativa para navegar el Canal Beagle, incluyendo la zona de Isla de los Estados, el Shenu servirá como una plataforma para el desarrollo de investigaciones científicas relacionadas con la oceanografía (física, química y biológica), el estudio del ecosistema marino del fondo, la geología costera, la hidroacústica y la evaluación de los recursos vivos locales.

Por otra parte, estará disponible como plataforma académica y educativa para la formación de recursos humanos orientados en temas marinos en colaboración con las universidades locales y otras a nivel nacional. Finalmente, la embarcación podrá brindar servicios tecnológicos de alto nivel a instituciones gubernamentales o entes privados, para diferentes necesidades.

Características generales
Según comentó el director del CADIC, “El nombre del barco, Shenu, es una palabra shelk-nam, que significa viento y fue elegido por votación, por las y los integrantes del CADIC; del mismo modo que la identificación de las necesidades, su diseño y hasta su pintura”.

La timonera ubicada a proa de la embarcación amplía el espectro de visibilidad circular por ambas bandas, permitiendo acceder por la cubierta al castillo de la misma. El castillo está diseñado con la premisa de permitir acceder a dos personas para trabajos científicos desde la borda en la proa de la embarcación. En el lado popel de la timonera, hacia la cubierta corrida de trabajo, se instaló una mesa de acero inoxidable fija para trabajo científico húmedo. Esa mesa, el baño y la cubierta de trabajo se lavan a través de un sistema de agua de mar a presión suficiente.

La nobleza del diseño del buque permitirá desarrollar estudios multidisciplinarios integrados. El criterio empleado en su construcción hace foco en las maniobras científicas necesarias para obtener muestras perfectamente trazables. El equipamiento de base que será montado a bordo incluye guinche y pórtico para sistema de arrastre para muestreos de fondo y pesca, pescante con roseta y redes de plancton, ROV e instrumental acústico.

El Shenu ha sido incorporado a la matrícula nacional, construido totalmente en aluminio de calidad naval (5083 H111) apto para navegación marítima austral, zona del Canal de Beagle. Las condiciones de mar son olas del orden de 2 metros y vientos de aproximadamente 15 nudos con rachas de 30-40 nudos.

Detalles técnicos generales
ESLORA (sin plataforma para buzos): 16.50 mts
MANGA (sin botazos): 4.50 mts
PUNTAL DE CONSTRUCCIÓN: 2.18 mts
CALADO MÁXIMO: 0.80 mts
PROPULSIÓN: DOS (2) motores diésel marinos con cajas reductoras inversoras acopladas.
POTENCIA DE LOS MOTORES: 164.1 Kw (220 HP) a 1800 RPM.
TIPO DE PROPULSIÓN: Líneas de ejes con hélice de paso fijo (2).
ACOMODACIÓN INTERIOR: 2 Tripulantes. Máximo (12) doce personas. Comedor y camarote para 4 personas.
DESPLAZAMIENTO MÁXIMO: 16.50 Ton
AUTONOMÍA MÁXIMA: 61 Hs
VELOCIDAD MÁXIMA: 28 Nudos
ALCANCE: 720 Millas náuticas
POTENCIA GENERADOR: 8.48 Kw

Fuente: CADIC

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