Grupos de trabajo de las áreas geográficas prioritarias: biodiversidad, productividad y soberanía

Al interior de Pampa Azul funcionan grupos de trabajo que abarcan las distintas dimensiones de la Iniciativa. En esta oportunidad presentamos a quienes se ocupan de las zonas de estudio estratégicas definidas en nuestra hoja de ruta.

Pampa Azul cuenta con cinco áreas geográficas prioritarias definidas sobre la base de sus características oceanográficas, la importancia de sus ecosistemas y el impacto potencial de las actividades humanas.

Dentro de Pampa Azul existen distintos grupos y mesas de trabajo asociados a los objetivos y metas de interés expresados en la hoja de ruta de la Iniciativa, y ese es uno de los espacios en donde hacen sus aportes las y los especialistas que integran tanto el Consejo Asesor Científico (CAC) como el Consejo Asesor Tecnológico (CAT) así como representantes ministeriales e investigadores con conocimiento en las temáticas en discusión. Para asegurar la sustentabilidad de los ecosistemas y establecer políticas de uso responsable de los bienes marinos es imprescindible contar con conocimiento científico detallado, y en función de optimizar ese proceso es que se establecieron áreas geográficas prioritarias (AGPs), que permiten sostener programas de investigación y monitoreo en el largo plazo, teniendo en cuenta la gran extensión de la plataforma continental argentina.

Actualmente, Pampa Azul cuenta con cinco áreas geográficas prioritarias definidas sobre la base de sus características oceanográficas, la importancia de sus ecosistemas y el impacto potencial de las actividades humanas. Ellas son: Banco Burdwood / Área protegida Namuncurá; Frente del Talud Continental / Agujero Azul; Golfo San Jorge; Islas Subantárticas; y Sistema fluvio-marino del Río de la Plata. Sobre esta base se desarrollan grupos de trabajo que en esta gestión se están encargando de redefinir los objetivos de trabajo en las AGPs, de acuerdo a nuevos parámetros tales como el cambio climático, el impacto de las actividades humanas en las costas y las posibilidades productivas de cada área en particular.

Banco Burdwood / Área Marina Protegida Namuncurá
Gustavo Lovrich es investigador Principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y se desempeña en el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC/CONICET). Como coordinador del grupo del Banco Burdwood / Área Protegida Namuncurá, explicó que estas zonas de estudio “surgieron originalmente para abarcar áreas de interés científico, estratégico, económico, en general respondiendo a algún servicio ecosistémico más relevante. La definición de cada una permite orientar las investigaciones y las grandes inversiones en campañas y equipamiento de medición oceanográfico”.

Consultado por esta área geográfica prioritaria en particular, señaló que fue elegida “porque se sospechaba que era un lugar de alta biodiversidad de organismos marinos asociados al fondo. Además, el Banco Burdwood tiene una ubicación tal que hacía previsible la presencia científica, dado que se encuentra cerca de un área en disputa con el Reino Unido. De allí deriva su importancia geopolítica”.

Entre los desafíos proyectados para esta gestión se encuentra el trabajo conjunto con la Administración de Parques Nacionales en relación al Área Marina Protegida Yaganes, que conecta el Canal Beagle y la Isla Grande de Tierra del Fuego: “Queremos relevar el rol Yaganes en la transferencia y/o transporte de nutrientes, carbono, fauna y flora hacia las profundidades y su relación con el Banco Burdwood. Además se pretende integrar las investigaciones de los taludes de Yaganes y del Banco Burdwood a la del talud de la plataforma continental argentina y comparar sus afinidades faunísticas, así como las respuestas al cambio climático”, detalló el investigador.

Foto: Gentileza Diego Gonzalez Zevallos.

En cuanto al grupo de trabajo, éste involucra a investigadores e investigadoras del CADIC; el INIDEP, el Centro Nacional Patagónico (CENPAT / CONICET); el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC – CONICET / UNMdP); universidades nacionales; el Museo Argentino de Ciencias Naturales; el Servicio de Hidrografía Naval (SHN); y en materia de logística cuenta con la colaboración de la Prefectura Naval Argentina y la Armada Argentina.

Golfo San Jorge y Agujero Azul
Otras dos áreas destacadas dentro de Pampa Azul son las que corresponden al Golfo San Jorge (GSJ) –el más amplio de la costa argentina– y el Frente del Talud Continental / Agujero Azul, localizado a unos 500 km al este del San Jorge. Según recordó Ana Parma, Investigadora Principal CONICET en el Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR/CENPAT-CONICET) y coordinadora del grupo de trabajo del Golfo San Jorge “se formó en 2014, luego de identificarse a esta zona como un área de interés prioritario para Pampa Azul. La misión fue la elaboración de un programa de investigación y monitoreo a largo plazo del ecosistema marino del Golfo”. De esta primera etapa de trabajo surgió una publicación que se puede encontrar en nuestra biblioteca de divulgación.

“Esta es un área muy productiva, zona de cría para algunos de los recursos pesqueros más importantes de Argentina, como la merluza y el langostino. Es también un área de reproducción de aves y mamíferos marinos con gran potencial turístico, y con una diversidad de hábitats muy grande”, continuó Parma. Esta diversidad llevó a la creación del Parque Interjurisdiccional Marino-costero Patagonia Austral (PIMCPA), en la zona norte del Golfo, pero todavía “la información disponible sobre los ambientes y organismos marinos que se pretende conservar y manejar es escasa”, advirtió la investigadora. Para ello se está planificando una campaña costera para la primavera de 2022, “que será la primera en abordar el estudio de las aguas someras del GSJ y litoral del Chubut desde una perspectiva interdisciplinaria”, completó Parma.

La diversidad del Golfo San Jorge llevó a la creación del Parque Interjurisdiccional Marino-costero Patagonia Austral (PIMCPA).

Entre otras metas, esta campaña tendrá como fin evaluar recursos bentónicos y pelágicos, focalizando sobre la anchoíta como recurso base de las tramas tróficas, y analizar las condiciones oceanográficas (físicas y químicas), la batimetría y estructura de los fondos, la composición del plancton y la diversidad del bentos. Según consignó la investigadora del Cenpat, la información obtenida “permitirá comenzar a entender los patrones de biodiversidad marina, el funcionamiento del ecosistema estrictamente costero”, para complementar las investigaciones previas y en marcha sobre ambientes más alejados de la costa. “El área del GSJ, al ser costera, tiene mayor relación con los centros urbanos de la zona. Para esta gestión, una de las metas es fortalecer proyectos de investigación que enfaticen la dimensión social y productiva de actividades con base en los recursos del mar”, finalizó Parma.

Cabe destacar que en este grupo colaboran investigadores e investigadoras del CESIMAR/CENPAT-CONICET; el INIDEP; el Centro de Investigación y Transferencia Golfo San Jorge (CIT-GSJ); universidades nacionales; el Dpto. Propagación Acústica – Dirección de Investigación de la Armada y UNIDEF (CONICET/MINDEF); la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE); el SHN; la Administración de Parques Nacionales (APN); y las autoridades de pesca de Chubut y Santa Cruz.

Algo similar ocurre en la zona del Frente del Talud Continental / Agujero Azul, cuyo grupo de trabajo es coordinado por Marcelo Acha, investigador Principal del CONICET que desarrolla su labor en el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) y en el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (UNMdP-CONICET). “La productividad biológica del Mar Argentino no se distribuye homogéneamente, por el contrario, hay regiones relativamente pequeñas que concentran una cantidad desproporcionadamente alta de esa productividad. La más grande e importante de tales regiones es lo que conocemos como el Frente del Talud Continental”, explicó. El grupo de trabajo para esta AGP involucra a especialistas de las universidades nacionales de Mar del Plata, del Sur y de Buenos Aires; el CONICET; el INIDEP; la UNMdP-CONICET; el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO) y el SHN.

Foto: Gentileza Laura Schejter.

Acha –que también forma parte del Consejo Asesor Científico de Pampa Azul– describe a este frente como una banda que se distribuye por más de 1500 kilómetros, “y está muy alejada de la costa, donde finaliza la plataforma continental y comienzan las grandes profundidades. Por todo esto se decidió concentrar los esfuerzos en una región relativamente pequeña del frente del talud, y es así que elegimos el sector conocido como Agujero Azul. Buscamos comprender su funcionamiento ecológico para trasladar luego lo aprendido al resto del talud continental”.

El Agujero Azul se caracteriza por ser una región de alta producción de fitoplancton, el primer eslabón de las cadenas tróficas del mar: “Su productividad se esparce luego hacia otros organismos de mayor tamaño, incluyendo a aquellas especies comerciales como el calamar, la merluza o las vieiras, y también a las especies de interés para la conservación, como son las aves y mamíferos marinos”, amplió Acha. La cuestión clave se da en materia de soberanía, dado que esta AGP se extiende más allá de los límites de la Zona Económica Exclusiva argentina: “Esto atrae a muchas flotas internacionales que –en tanto no ingresen a nuestras aguas jurisdiccionales– pueden pescar en esa pequeña región, pero son los mismos recursos que luego ingresan en nuestras aguas y son explotados por la flota nacional. Por eso es importante conocer la abundancia de estos recursos, y por qué y cuándo visitan el Agujero Azul a lo largo de sus circuitos migratorios”, remarcó el investigador del INIDEP-IIMyC.

La productividad del Agujero Azul se esparce luego hacia otros organismos de mayor tamaño, incluyendo a aquellas especies comerciales como el calamar, la merluza o las vieiras, y también a las especies de interés para la conservación, como son las aves y mamíferos marinos, amplió Acha.

En ese sentido, el trabajo en esta área se concentrará en identificar los procesos que sostienen su productividad biológica “los mecanismos que hacen variar esa productividad, y comprender cómo esa variabilidad se distribuye por la trama trófica afectando a las especies de interés; queremos comprender por qué sucede esto y cómo afecta a los diferentes tipos de organismos que explotan esta región”, concluyó Acha.

Por último, cabe destacar que la mesa de trabajo general de las AGPs continúa avanzando con las áreas que corresponden a las Islas Subantárticas; y Sistema fluvio-marino del Río de la Plata, definiendo líneas de trabajo que pronto serán dadas a conocer.

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Producción pesquera artesanal y ciencia: un vínculo colaborativo al servicio de las comunidades

El reconocimiento otorgado por la Asociación de Pescadores Artesanales de Puerto Madryn a dos investigadoras del Centro Nacional Patagónico (Cenpat) reafirma el lazo entre la academia y el saber popular, y las alianzas que se construyen en favor de políticas públicas inclusivas y sustentables.

Ana Cinti y Ana Parma fueron reconocidas por la Asociación de Pescadores Artesanales de Puerto Madryn.

El litoral marítimo de la Argentina posee 4.725 kilómetros de extensión, con una riqueza biológica equiparable a la de los ecosistemas terrestres más importantes. Es una extensa área en donde la pesca artesanal o de pequeña escala constituye un nudo central para el desarrollo de las economías locales, que se expresa en la forma de vida de las comunidades costeras.

Con más de 90 especies de interés comercial –tales como el langostino, la merluza, el pejerrey o la vieira tehuelche, entre otras– las distintas ciudades y pueblos de la Argentina encuentran en la pesca artesanal un medio de subsistencia y seguridad alimentaria. Es por ello que la labor de los investigadores e investigadoras para el mejoramiento de las condiciones de trabajo que aseguren el manejo sustentable es una de las prioridades en la agenda de objetivos de la Iniciativa Pampa Azul, junto con la integración de los entornos marino y costero.

La labor de los investigadores e investigadoras para el mejoramiento de las condiciones de trabajo que aseguren el manejo sustentable es una de las prioridades en la agenda de objetivos de la Iniciativa Pampa Azul, junto con la integración de los entornos marino y costero.

Pero estas metas no solo pueden alcanzarse desde la academia. Sin la sinergia con quienes consiguen su sustento diario a través del mar, cualquier iniciativa queda a mitad de camino. Todas estas razones forman parte del reciente reconocimiento que la Asociación de Pescadores Artesanales de Puerto Madryn, Chubut, otorgó a las investigadoras del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) Ana Parma y Ana Cinti, quienes se desempeñan en el Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR/CENPAT-CONICET).

Como investigadora Principal del CONICET, Parma relató que su trabajo en la región “se focalizó en las pesquerías artesanales, con un mayor énfasis en cuestiones de gobernanza y manejo participativo”. Su interés por la investigación aplicada y la gente de mar se tradujo en su vínculo con las pesquerías, lo que le dio la oportunidad “de trabajar en la interfaz entre ciencia y gestión”.

Las campañas de vieira se utilizaron como base para la recomendación conjunta de cuotas de captura. A bordo de la lancha marisquera de Luis De Francesco (de perfil), la investigadora Andrea Rodríguez participa como observadora. Foto: gentileza Ana Parma.

En el caso de Cinti, ella se desempeña como investigadora Adjunta y comenzó a conocer la pesca artesanal en los años 98 y 99, junto a Inés Elías. Luego se sumaron Parma y el investigador José María “Lobo” Orensanz, con quienes siguió formándose. Al respecto señaló: “La parte pesquera siempre me dio mucha curiosidad, porque en la costa se veían otras cosas que yo no conocía. Otras formas de vida, otra realidad social”. A la vez, se fue introduciendo en los marcos regulatorios y sistemas de manejo, lo que le permitió transferirlo a la práctica. “Siempre me atrajo mucho la forma de vida de los hombres y las mujeres pescadoras, y me interesa mucho acercarme y conocer cómo viven esas comunidades y otros puertos”.

En referencia a la distinción otorgada, ambas investigadoras se mostraron emocionadas. “No puede haber reconocimiento más significativo que el recibido por parte de los pescadores artesanales de Puerto Madryn”, afirmó Parma, quien también integra el Consejo Asesor Científico de Pampa Azul. “Son muchos años de trabajar parejo, construyendo en conjunto una visión acerca del manejo de estas pesquerías de pequeña escala, aprendiendo y enseñando, y apoyándonos en los esfuerzos para lograr una gestión más ordenada, basada en el aprendizaje, que asegure la persistencia y viabilidad económica de la actividad y el respeto de los derechos de las personas involucradas”, comentó.

Ana Cinti señaló que luego de más de dos décadas de trabajo con la Asociación de Pescadores “es el mejor reconocimiento que podría haber recibido en mi carrera profesional. Es mucho tiempo de conocernos, de vivir procesos y hemos pasado muchos cambios de gestión, de autoridades de aplicación, de Pesca, de Turismo, la Administradora de Península Valdés”, recordó. Con momentos más altos que otros, se generó un lazo muy fuerte “con reuniones y asados en donde compartimos conocimiento mutuo, de parte de los pescadores hacia nosotros y viceversa. Sentimos todo esto no solo como un trabajo sino como parte de nuestra propia vida”. Por todo es que las profesionales del Cenpat coincidieron en su satisfacción por las palabras de homenaje y la distinción recibidas, “porque nuestra relación con el sector pesquero es de mucha confianza, sinceridad, respeto y honestidad”, expresó Cinti.

Trabajo colaborativo y el rol de las mujeres
Consultadas acerca de cómo es el día a día de la investigación y la interacción con las comunidades que llevan adelante actividades de pesca artesanal en Puerto Madryn, Parma comentó que la formación de una Mesa Técnica integrada por personal técnico de las distintas reparticiones de Gobierno con injerencia en el manejo de las actividades pesqueras (Pesca, Turismo, Áreas protegidas), investigadores y representantes del sector productivo fue un hito fundamental “para dirimir y asesorar a la Subsecretaría de Pesca de Chubut sobre temas relativos a los permisos, la evaluación del estado de los recursos y el establecimiento de cuotas de extracción, así como cuestiones de control y fiscalización”.

Cinti fue un poco más atrás en la historia y relató los inicios: “El enfoque y aproximación al trabajo lo aprendí de mis profesores y mentores. En los 70 se trabajó en una primera experiencia colaborativa que se dio en el Golfo San José para tratar de probar lo dañino que era el método de rastra sobre el fondo. Esa fue la primera colaboración entre las autoridades, pescadores y la comunidad científica. Eso derivó en lo que es el actual equipo”.

Más adelante vendrían las campañas de evaluación del recurso de vieira, que se utilizaron como base para la recomendación conjunta de cuotas de captura. “Las campañas se diseñaron con el aporte de los pescadores y fueron hechas con embarcaciones y buzos artesanales, con personal técnico del Cenpat y de Pesca a bordo. Más allá de sumar información para la toma de decisión en materia pesquera, estas campañas aportaron datos para el desarrollo de investigaciones en cuestiones de dinámica de los recursos”, explicó Parma.

Las campañas de evaluación del recurso de vieira se utilizaron como base para la recomendación conjunta de cuotas de captura.

Por último, las investigadoras no dejaron de reconocer el importante rol que las mujeres de la zona han tenido en la pesca artesanal, actividad que puede ser definida como familiar. “Trabajé con el sector de marisqueros. Casi totalidad son hombres los que salen a pescar y conozco a sus familias, que también contribuyen al desarrollo de la actividad. Y en lo que es la recolección manual de costa, modalidad que incluye a lo que se llama pulpeo, hay muchas más mujeres que se dedican a recolectar”, describió Cinti. Adicionalmente, la investigadora mencionó otra modalidad que se desarrolla en la zona de Península Valdés conocida como pesca con red de costa, “que es una red de cerco y se trabaja con un bote a remo. En su gran mayoría la realizan hombres, pero a nivel familiar si bien las mujeres no están a bordo sí contribuyen desde otros aspectos en esa tarea”.

“En la pesca han habido mujeres pescadoras, algunas mujeres buzas, marisqueras, pero sobre todo mujeres recolectoras de pulpitos y mejillones en la costa”, amplió Parma. Además recordó a la líder de la comunidad de El Riacho, Marta Vargas, hija de pulperos históricos de la zona.

Marta Vargas, una de las mujeres pioneras de la zona realizando tareas de recolección de mejillones. Foto: gentileza Asociación de Pescadores de Puerto Madryn.

“La pesca artesanal no está primera en agenda en cuanto a lo económico, pero es importante para las comunidades que la desarrollan y es una actividad productiva muy valiosa”, aseguró Cinti. Es por ello que tanto a la hora de investigar como de involucrarse en el proceso de toma de decisiones “creemos siempre que el otro tiene mucho que aportar, y sin pensar que la ciencia es superior valoramos y trabajamos desde el respeto para poder llevar adelante estos proyectos que, en definitiva, tienen la finalidad de intentar mejorar las condiciones en que se desarrolla la actividad y ayudar a conservar y manejar el recurso”, finalizó.

Luego de tres años, se retoman las campañas en la zona de cría de merluza en el Golfo San Jorge y litoral de Chubut

El BIP “Dr. Eduardo L. Holmberg” del INIDEP zarpó días atrás para realizar esta campaña de investigación. En el marco de Pampa Azul, se recolectará también información para el estudio de las variables ambientales y biológicas en estaciones de esta área geográfica prioritaria.

BIP “Dr. Eduardo L. Holmberg. FOTO: Gentileza INIDEP.

El 19 de enero pasado el BIP “Dr. Eduardo L. Holmberg”, perteneciente al Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), dio inicio a la campaña de “Evaluación de abundancia de juveniles y desovantes de merluza (Merluccius hubbsi) en la zona de cría norpatagónica”. La misma se extenderá por aproximadamente 27 días y tiene al Dr. Gustavo Álvarez Colombo como jefe científico.

“Es un logro muy importante volver a realizar esta campaña luego de tres años”, remarcó el director del INIDEP, Oscar Padin. Según consignaron desde el Instituto, la campaña liderada por el Programa Pesquería de Merluza y Fauna Acompañante, tiene como objetivos principales determinar del área de concentración de juveniles de merluza; obtener índices de abundancia por grupo de edad de juveniles de merluza en el área de cría norpatagónica y monitorear del estado reproductivo de la merluza, la estimación de la abundancia, evaluar la estructura de longitudes y parámetros reproductivos (fecundidad, frecuencia reproductiva, calidad ovocitaria, longitud/edad de maduración).

Adicionalmente, y en el marco de actividades consensuadas entre el INIDEP y el Grupo de Trabajo Golfo San Jorge (GTGSJ) perteneciente a la Iniciativa Pampa Azul, se llevará a cabo la primera visita para recolección de muestras a una Estación Permanente de Estudios Ambientales (EPEA) en el Golfo San Jorge. Esta EPEA fue establecida próxima a Comodoro Rivadavia, de modo de facilitar el acceso periódico a la zona para el estudio continuado de las variables ambientales y del plancton. Desde allí “se procederá a colectar información de manera consistente a lo largo del tiempo acerca de distintas variables ambientales y biológicas”, explicó Ana Parma, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CESIMAR/CENPAT-CONICET) y coordinadora del Grupo de Trabajo Golfo San Jorge (GTGSJ).

BIP “Dr. Eduardo L. Holmberg. FOTO: Gentileza INIDEP.

En esta estación se estudiarán las variables físicas y químicas a partir de perfiles de CTD (Conductivity-Temperature-Depth) y muestras de agua; las fluctuaciones de la productividad primaria a partir de muestreos con red de fitoplancton; y las variaciones en la presencia de organismos bentónicos y zooplanctónicos mediante arrastre con redes específicas.

En la EPEA próxima a Comodoro Rivadavia se colectará información de manera consistente a lo largo del tiempo acerca de distintas variables ambientales y biológicas.

Asimismo, la investigadora indicó que, en el marco del fortalecimiento de los sistemas de observación bajo discusión en Pampa Azul, se prevé el emplazamiento de fondeos como parte de la red inter-institucional ROMA, para el monitoreo continuo de corrientes y temperatura del agua de mar, tarea que requerirá la recolección periódica de los datos registrados y el mantenimiento y calibración del instrumental fondeado.

En ese sentido, Parma comentó los principales objetivos a los que apuntan desde el GTGSJ: “Estamos desarrollando un programa de investigación y monitoreo a largo plazo del ecosistema marino del Golfo San Jorge y litoral del Chubut, una de las áreas seleccionadas como prioritarias por la iniciativa Pampa Azul en función de su alta productividad y biodiversidad, por ser clave en el ciclo de vida de especies de importancia pesquera y de alto potencial para el turismo, entre otras cuestiones”. El “Programa Estratégico de Investigación y Monitoreo a largo plazo del Golfo San Jorge” impulsa el estudio integrado del funcionamiento del ecosistema marino del golfo y del impacto de las actividades humanas que allí se desarrollan.

La coordinadora del GTGSJ destacó que los datos recopilar en la red inter-institucional ROMA “permiten investigar la variabilidad de los sistemas costeros, evaluar los efectos del cambio climático sobre el ecosistema y en particular sobre organismos de interés comercial, detectar de manera temprana anomalías, validar modelos oceanográficos físicos de circulación y respaldar la elaboración de planes de contingencia para la prevención y control de impactos debido a la contaminación”, entre otros. Tal como se consigna en el proyecto ROMA, estos servicios “son esenciales para el desarrollo económico sostenible a largo plazo de las poblaciones costeras, así como para los tomadores de decisiones operativas y políticas, objetivos de la Iniciativa Pampa Azul”.

Se realizó la 5ta reunión del Comité Interministerial de Pampa Azul

Con la presentación del área geográfica prioritaria del Golfo San Jorge finalizaron los diagnósticos de situación de las áreas actualmente bajo estudio de la iniciativa. Asimismo, se expusieron los avances de la mesa de trabajo para el plan de fortalecimiento de capacidades.

Este miércoles tuvo lugar el quinto encuentro del Comité Interministerial de la Iniciativa Pampa Azul. El mismo se realizó en modalidad virtual, y contó como ya es habitual con la participación de las y los representantes políticos y técnicos de los siete ministerios que integran la iniciativa.

La reunión estuvo presidida por Carolina Vera, titular de la Unidad Gabinete de Asesores del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y coordinadora Ejecutiva de Pampa Azul, quien como primer tema en la agenda del día dio paso a una presentación acerca del estado de situación de las investigaciones realizadas durante la gestión anterior en el área geográfica prioritaria del Golfo San Jorge. El informe fue dado a conocer por la investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CESIMAR/CENPAT-CONICET) e integrante del Consejo Asesor Científico de Pampa Azul, Ana Parma. 

El Golfo San Jorge es uno de los ecosistemas marinos de mayor complejidad del litoral argentino, ya que posee alta productividad y biodiversidad y aporta variedad de usos y beneficios a la sociedad. Por estas razones es que se estudian los impactos de estos usos sobre la salud del ecosistema. En 2014 se creó un grupo de trabajo del área, entre cuyos objetivos principales se pueden mencionar: incrementar el conocimiento de la oceanografía y la estructura y funcionamiento del ecosistema marino y sus tramas tróficas; la implementación de un plan de monitoreo a largo plazo; y la evaluación del impacto de las actividades antrópicas y del cambio climático sobre este ecosistema, con un plan de monitoreo a largo plazo.

Entre los desafíos pendientes para este nuevo período, Parma mencionó la necesidad de integrar la dimensión social y ecológica de la zona del Golfo en las investigaciones, con el fin de proporcionar un conocimiento integrado de las actividades costeras.  

Al finalizar, la coordinadora Ejecutiva de Pampa Azul aseguró que la experiencia de trabajo realizada en esta área geográfica prioritaria “nos muestra una gran cantidad de oportunidades para expandir esta mirada integrada a otras regiones de la costa”.

Durante el intercambio de opiniones entre las y los representantes se pusieron de relevancia cuestiones tales como la importancia del turismo científico, que permite pensar desarrollos con integración social, inclusiva y sustentable para las regiones de la costa argentina. “El enfoque de integración marino-costero debe incluir al turismo como factor de desarrollo”, analizó Vera.

Al cierre, se realizó un repaso de las condiciones actuales y las necesidades de los buques oceanográficos pertenecientes a las distintas instituciones, y se acordó retomar la agenda de temas en el próximo encuentro. 

En la segunda parte de la reunión se discutieron los avances de la mesa de trabajo para el plan de fortalecimiento de capacidades científico-tecnológicas de la iniciativa. Se informó que el grupo conformado ad hoc se encuentra trabajando en temáticas principalmente referidas al refuerzo y ampliación de las redes de observación y monitoreo, y de las necesidades de instrumental para los buques de investigación.

Al cierre, las y los asistentes se comprometieron a presentar más avances de los temas tratados en el próximo encuentro.

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