II Reunión de la Comisión Bilateral Argentina-Chile de Cooperación en Investigación Científica Marina Austral

Argentina y Chile decidieron por primera vez en la historia unir sus potenciales científicos en el extremo más austral de ambos países para estudiar los efectos de la acidificación en los ecosistemas marinos en el canal del Beagle, al sur de la Patagonia.

Concretamente, ambos países acordaron realizar una campaña conjunta  a lo largo de los aproximadamente 280 kilómetros de longitud del canal del Beagle, un flujo de agua que une los océanos Atlántico y Pacífico.

 

Buque Oceanográfico Puerto Deseado, construido por "ASTILLEROS ARGENTINOS RIO DE LA PLATA", por contrato con la Armada y transferido éste al Consejo Nacional de Investigaciónes Científicas y Técnicas (CONICET).
II Reunión Comisión Bilateral Argentina Chile de Cooperación en Investigación Científica Marina Austral en Santiago de Chile.

La citada campaña se realizará en embarcación argentina Víctor Angelescu en la cual navegarán 17 investigadores del argentino Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) y del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh).

 

Buque Oceanográfico Puerto Deseado, construido por "ASTILLEROS ARGENTINOS RIO DE LA PLATA", por contrato con la Armada y transferido éste al Consejo Nacional de Investigaciónes Científicas y Técnicas (CONICET).
Alejandro Mentaberry, Titular de la Unidad de Coordinación General, SECyT y Roberto Ruiz, Director de Planificación  Estratégica del Ministerio de Relaciones Exteriores-Chile.

Este proyecto se desarrolla en el marco de la iniciativa Pampa Azul liderada por esta Secretaría de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en coordinación con otras Secretarías de Gobierno y Ministerios nacionales.

Para ello, el operativo tiene previsto zarpar desde la localidad argentina de Ushuaia, en Tierra del Fuego, y realizar un recorrido a lo largo del canal del Beagle para describir y realizar un modelo de las corrientes y el transporte de masas de agua, además de localizar los lugares con menores concentraciones de oxígeno.

 

¿Qué se estudiará?

 

La embarcación, perteneciente al INIDEP de Argentina, viajará con el equipo científico a bordo a lo largo del Canal Beagle tomando muestras de aguas a diferentes profundidades para estudiar las características físicas, químicas y biológicas del área y así conocer mejor los fenómenos de acidificación e hipoxia en el área.

 

En particular, los ambientes costeros como éste tienen un interés particular porque reciben una gran influencia de cursos de agua dulce que también contribuye al aumento de la acidez del medio. “Lo que se espera al estudiar todo el trayecto del Canal Beagle, es encontrar un gradiente donde se vea un aumento de la acidez del agua desde el Oeste, donde hay más glaciares y, por ende, más aportes de agua dulce. Este gradiente, además estaría asociado con muchos otros factores, físicos, químicos y biológicos, que también vamos a analizar”, agrega Gustavo Ferreyra, director del CADIC.

 

Por otro lado, se estudiarán los niveles de hipoxia, que es otro fenómeno costero que se origina en la presencia de partículas de materia orgánica que ingresan al cuerpo de agua y se depositan en el fondo. Esto favorece la presencia de bacterias que consumen el oxígeno disponible, lo cual impacta en el resto de los organismos que viven en las profundidades.

 

En esta etapa se haría la exploración del terreno y la obtención y análisis de datos. Pero el proyecto podría tener continuidad y promete a futuro. En este sentido, ya se aplicó a un subsidio internacional que permitirá en una segunda etapa, realizar experimentos en ambos lados de la frontera para realizar estudios experimentales sobre los efectos de la acidificación en distintas especies de interés comercial, entre otras centollas y erizos.

 

¿Por qué el Canal Beagle?

 

El Canal Beagle es un área que mide aproximadamente 280 kilómetros de largo. Se encuentra en una ubicación estratégica, pues comunica los océanos Atlántico y Pacífico. A su vez, tiene influencia de las corrientes Circumpolar Antártica y Cabo de Hornos.

 

El canal, además de tener una gran biodiversidad marina y albergar reservas de agua dulce, posee importancia geopolítica y económica por sus variados recursos naturales. Según los investigadores, es una región que podría ser muy vulnerable a los cambios del clima y al potencial incremento en su uso con fines productivos.